Definitivamente, sí. Son varias las razones para apoyar esta medida, en primer lugar la creciente magnitud de la obesidad especialmente en los niños, también todas las evidencias sobre nutrición y sus efectos en salud, el papel de la industria alimentaria y finalmente la responsabilidad de los gobiernos en la salud de los niños.
El tamaño del problema de la obesidad en el mundo, cobra cada vez más espacios en la agenda de salud tanto de países desarrollados como en desarrollo. La misma Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que es uno de los mayores retos de la salud pública del Siglo XXI y en mayo de 2004 adoptó la Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud.
Desafortunadamente, México no es la excepción y además se coloca como el 2do país de la OCDE con mayor prevalencia de obesidad en la población general y el cuarto lugar entre los niños, algunos datos relevantes son:
- De 1980 a la fecha, la prevalencia de sobrepeso y obesidad se ha triplicado, en la población adulta 39.5% de los hombres y mujeres tienen sobrepeso y 31.7% obesidad. Es decir, aproximadamente 70% de la población adulta tiene riesgo de desarrollar otras enfermedades o complicaciones debido a su peso
- La obesidad es responsable del 8% al 10% de las muertes prematuras en México
- El 12% de la población tiene diabetes y 90% de los casos se pueden atribuir al sobrepeso y la obesidad
- Las personas que desarrollan enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad vivirán enfermas en promedio 18.5 años
- De continuar con la misma tendencia en 10 años, hasta 90% de la población sufrirá obesidad y sobrepeso
- De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 (ENSANUT) más de 4 millones de niños de entre los 5 y los 11 años de edad se encuentran en riesgo, pues la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad se presenta en uno de cada cuatro niños (26%), mientras que uno de cada tres adolescentes la padecen (31%)
- Los niños, niñas y adolescentes durante su jornada escolar (4.5 horas) consumen en promedio 560 Kcals, lo que representa el 31% del requerimiento energético (sin contar el desayuno en casa)
La mayoría de las enfermedades crónicas toman décadas para desarrollarse y también la mayoría tienen sus raíces en los hábitos alimenticios y de actividad física adquiridos desde la infancia. Tener sobrepeso y obesidad en la niñez, dobla el riesgo de padecer obesidad en la vida adulta y sus complicaciones (diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, hipertensión, infartos y problemas psicológicos como depresión), pero también causa problemas inmediatos:
- Mayor frecuencia de problemas respiratorios
- Problemas ortopédicos y de articulaciones
- Elevación de los niveles de colesterol
- Mayor riesgo de diabetes tipo 2 en la infancia o adolescencia
- Estigmatización de compañeros y adultos,
- Baja autoestima, imagen corporal pobre y depresión
Es del conocimiento general, que el consumo de comida rápida o de contenido nutricional pobre (alta en grasas, carbohidratos o sodio) se correlaciona con el aumento en los niveles sobrepeso y obesidad, por lo tanto, lo primero es tener una alimentación correcta tanto en cantidad como en calidad.
En los niños, otra razón para promover una alimentación correcta es que con una nutrición adecuada los escolares aprenden mejor y son más activos:
- La obesidad y el contenido nutricional pobre se correlacionan con un menor desempeño en el aprendizaje, mayores problemas de conducta, menores calificaciones en matemáticas y lectura en el primer grado, y más necesidad de apoyo educativo especial
- Los niños que consumen alimentos ricos en azúcares simples tienen un aprendizaje de memoria corta y los que tienen dietas más balanceadas tienen un mayor aprendizaje de memoria larga
- La compra de alimentos pobres nutricionalmente, disminuye el consumo de frutas, de verduras y de otros alimentos saludables
Una ventaja para la industria de las botanas, fritos, pastelillos y similares, es que el consumo de alimentos de bajo valor nutrimental en las escuelas establece patrones de consumo en la vida adulta. Por el contrario y suponemos es una de las mayores amenazas para la industria, si los niños aprenden a alimentarse de manera correcta, podrán evitar o moderar el consumo en la adolescencia y cuando sean adultos.
Hoy día, desde muy pequeños los niños son expuestos a publicidad y a estrategias de comercialización extremadamente agresivas que incluyen el uso de personajes infantiles queridos y que son un patrón de referencia para el comportamiento como Bob Esponja, Shrek o Harry Potter. También se utilizan estrellas del deporte y del espectáculo, o la organización de concursos y festivales con premios, todos enfocados a la promoción de alimentos o bebidas con bajo nivel nutritivo.
Se sabe que antes de los 12 años, las niñas y los niños no perciben que el fondo de la publicidad es vender, confían en el mensaje, lo recuerdan mejor y responden ante una menor exposición en comparación con los adultos, por lo que son más vulnerables.
Por otro lado, no comprenden las complejidades de una nutrición adecuada lo que aumenta su fragilidad a la publicidad de bebidas, golosinas y botanas, al grado de que muchos padres tienen conflictos de autoridad con sus hijos por la insistencia para que les compren alimentos promocionados agresivamente.
En conclusión, los niños y las niñas carecen de la capacidad para tomar decisiones correctas que tomen en cuenta los efectos a largo plazo de sus acciones.
Responsabilidad de la familia, de los gobiernos y de la sociedad
- Los padres tienen la mayor parte de la responsabilidad de alimentar bien a sus hijos, pero los gobiernos y la sociedad deben apoyar los esfuerzos de los padres, para proteger a los niños de las prácticas que pueden dañar su salud
- La incorporación de padres y madres al ámbito laboral hace más difícil la tarea de la educación y el acceso a alimentos nutricionalmente más sanos, para estas familias el apoyo a través de la regulación es más importante
- En las escuelas, los padres no pueden controlar lo que sus hijos compran y consumen
- Actualmente la alimentación de los niños es en la mayoría de los casos contraria a las recomendaciones nutricionales adecuadas para la edad
- Se debe proteger a la infancia de la influencia de aquellos cuyas ganancias dependen de incrementar el consumo de grasas, azúcar y sal
- Debe haber congruencia entre la educación sobre alimentación que reciben en las escuelas y los alimentos disponibles
- Los gobiernos tienen la responsabilidad de favorecer los ambientes saludables
Además de la legislación Mexicana, el Plan Nacional de Desarrollo y el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, la Declaración de los Derechos del Niño (ONU 20 de noviembre de 1959) establece:
PRINCIPIO 2. El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño.
Y la Convención sobre los Derechos del Niño (ONU 2 de septiembre de 1990)
Artículo 3. 1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.
No se trata pues de un acto “autoritario” como lo ha argumentado la industria alimentaria en México, sino de una obligación de las autoridades.
Los Lineamientos generales para el expendio o distribución de alimentos y bebidas en los establecimientos de consumo escolar en los planteles de educación básica tienen las siguientes recomendaciones:
- Promover el consumo de agua natural
- Evitar el consumo de alimentos con exceso de grasas, azúcar y sal (botanas, frituras y bebidas adicionadas con azúcares)
- No se recomiendan edulcorantes no calóricos
- Se recomiendan lácteos descremados o semidescremados
- Control de porciones
- Aumentar la disponibilidad de frutas y verduras en las escuelas
- Promover el consumo de cereales integrales
- Proporcionar información y educación a los escolares, docentes, padres y madres
Además de los principios y promoción de una alimentación correcta, los lineamientos abordan la conformación del comité de consumo escolar, las condiciones higiénicas de los lugares de preparación, la limpieza en la preparación de alimentos y bebidas, el papel que deben tener los proveedores o prestadores de servicios de alimentos, las autoridades educativas y el personal docente, así como los derechos y obligaciones de los padres y madres de familia y de las autoridades sanitarias.
Si quieres conocer en mayor detalle los lineamientos y los comentarios de la industria, instituciones gubernamentales y descentralizadas, la academia, las organizaciones de la sociedad civil y los particulares, o si quieres enviar tu comentario, visita la pagina de COFEMER <- clik aquí
Bibliografía
Kundel D et al. The Impact of Industry Self-Regulation on the Nutritional Quality of Foods Advertised on Television to Children. Universidad de Arizona. December 2009
Volkert Beekman. Consumer Rights to Informed Choice. Ethic Theory Moral Prac (2008) 11:61–72
Fried E, Simon M. The competitive food conundrum: can government regulations improve school food? Essay, Duke University 2007
Food and Beverage Marketing to Children and Adolescents: What Changes are Needed to Promote Healthy Eating Habits? A Research Brief, Robert Wood Johnson Foundation. October 2008
Food Policy in Schools A Strategic Policy Framework for Governing Bodies. Food Standards Agency. UK. Revised September 2007
Promoting Fruits and Vegetables in School. Policy Challenges and Opportunities in a Complex Food Environment. A Policy Options Brief by the Public Health Law Center. William Mitchell College of Law. January 2009
Better-For-Who? Revisiting company promises on food marketing to children. The Center for Science in the Public Interest. Washington, D.C. November 2009