Detrás de la legalización de la mariguana existen muchos intereses económicos por una razón muy simple, es una gran oportunidad de negocio. Si se mezcla su poder adictivo con la aceptación social, ¿qué nos asegura que en pocos años no se alcancen prevalencias de uso tan altas como las que ahora tenemos con el alcohol o el tabaco?. Para ganar simpatía con fines de legalizarla, se mezclan verdades con mentiras, se niegan los resultados de estudios científicos, se exageran posibles beneficios y se usa a celebridades o líderes de opinión ingenuos para influenciar a los demás. Por eso, es importante no dejarse engañar.
Es dañina para la salud mental y física.
Lo es de muchas formas y los adolescentes son los más afectados, sobre todo porque ahora la hacen más potente que en el pasado. La mariguana distorsiona la forma en la que se percibe el mundo, entorpece la coordinación, dificulta pensar con claridad y por lo tanto resolver problemas. Los jóvenes que la usan desarrollan alteraciones del aprendizaje y de la memoria, así como un menor rendimiento en los deportes. Por si fuera poco, aún cuando dejen de usar mariguana, tendrán un coeficiente intelectual hasta 8 puntos menor que aquellos que nunca la consumieron. Otros riesgos incluyen un mayor riesgo de depresión, ataques de pánico, suicidio o psicosis (locura), esta última se presenta en los que tienen predisposición genética, los que consumen grandes dosis o los que inician a menor edad.
Además, los consumidores de “yerba” tienen 4.8 veces más riesgo de sufrir un ataque al corazón en la primera hora después de haber fumado; tienen un doble riesgo de sufrir accidentes si van al volante, y su uso se ha asociado al desarrollo de un tipo muy agresivo de cáncer de testículo en hombres jóvenes, así como un incremento de riesgo para cáncer de próstata, cérvico uterino y glioma. También se documentan estudios sobre el aumento de casos de leucemia, astrocitoma y rabdomiosarcoma en los bebés de madres que durante el embarazo consumieron mariguana.
No es un medicamento moderno.
Uno de los argumentos más poderosos para cambiar la opinión sobre la mariguana es atribuirle beneficios, si bien es cierto que el activo primario puede ser útil para controlar las nauseas en pacientes con quimioterapia por cáncer o inducir el hambre en pacientes con SIDA, ya existe un medicamento sintético con ese activo que puede ser recetado en algunas partes del mundo y se estudian otros con todos sus efectos potenciales, así como las dosis adecuadas y su periodicidad. Por otro lado, la mariguana fumada nunca ha probado tener beneficios medicinales, por el contrario, los fumadores se exponen a sustancias que afectan las vías respiratorias y disminuyen la capacidad pulmonar ya que tan solo 4 fumadas, equivalen a fumarse una cajetilla de cigarros.
Su legalización no beneficia la salud pública.
Es como si se nos olvidara que la razón principal de la prohibición de la mariguana es porque hace daño. La salud pública se caracteriza por promover las medidas que limitan el acceso a lo que es nocivo para la salud, lucha por aumentar los impuestos a lo que actualmente es legal (exceso de azúcar, alcohol, tabaco), por eliminar la publicidad agresiva que promueve la alimentación insana y por evidenciar la conducta engañosa y falta de ética, de las empresas que comercializan estos productos y que tienen como blanco a los adolescentes porque es más fácil que en esta edad caigan en la trampa de las adicciones de por vida.
Infórmate y cuida tu salud.
Aquí una liga a más de 1200 artículos científicos que muestran los efectos nocivos de la mariguana. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=cannabis+effects+review
Publicada en “El Gráfico” en junio de 2015