Gobiernos deben priorizar en nutrición

La mitad de la población en el mundo tiene algún tipo de malnutrición: 805 millones de personas se van con hambre a la cama; 2 mil millones sufren carencias por falta de vitaminas o minerales; mientras que otras 2 mil millones tienen sobrepeso u obesidad. En la población infantil el problema es también desolador: 99 millones menores de 5 años tienen bajo peso y 42 millones tienen sobrepeso u obesidad.

De acuerdo con las palabras de la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Dra. Margaret Chan, una parte del mundo tiene muy poco que comer, con millones de personas que hoy enferman o mueren por falta de nutrientes, mientras que otra parte del mundo come malos alimentos en exceso  y desarrolla cada vez más obesidad, lo cual tiene también repercusiones graves sobre la salud, con una menor calidad y esperanza de vida.

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Ante tal escenario, del 19 al 21 de noviembre, se llevó a cabo en Roma, la Segunda Conferencia Internacional de Nutrición con la asistencia de representantes de 170 países, organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la reunión se firmó la Declaración de Roma sobre Nutrición, en la que los países se comprometieron a adoptar una serie de recomendaciones y de políticas para asegurar que las personas tengan acceso a dietas sanas y sostenibles.

La Declaración de Roma sobre Nutrición, reconoce que la manera como está organizado el sistema alimentario mundial, produce muchos suministros pero también es motivo de problemas de salud pública, por lo tanto los gobiernos de los países deben:

  • Dar mayor importancia a la nutrición en las estrategias, las políticas, los planes de acción y los programas nacionales
  • Ser más activos con políticas que favorezcan la adopción de dietas sanas: informar, educar, aconsejar y fortalecer la toma de decisiones para elegir dietas sanas, por ejemplo a través de un etiquetado claro
  • Promover una mejor alimentación de las mujeres antes, durante y después del embarazo, así como la de sus bebés en los primeros 1000 días de vida con lactancia materna. La mala nutrición hace más daño en las etapas tempranas de la vida.
  • Regular para proteger a los consumidores, especialmente a los niños/as, de la comercialización y publicidad de alimentos y bebidas poco saludables
  • Tener acciones para reducir el consumo de grasas trans, grasas saturadas, azúcares y sal en los alimentos y bebidas, así como mejorar el contenido nutricional de los alimentos a través de normas y leyes.

En suma, se trata de tener un mundo mejor nutrido, sin carencias y sin excesos para disfrutar de una mejor salud, una que nos ayude a aprovechar nuestro potencial para alcanzar las metas y los sueños. Los gobiernos tienen la responsabilidad principal, pero también debe haber una corresponsabilidad de la sociedad civil, del sector privado y de la comunidad.

Por lo pronto, hagamos consciencia sobre lo que ya sabemos que nos hace mal, como los refrescos y otras bebidas azucaradas, y decidamos tener una alimentación con frutas y verduras, agua simple, más fibra y mucha menos azúcar y sal. En el fin de año que se acerca, la invitación es para cuidarse más y decidirse por mejores hábitos de salud.

 

 

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