Durante el embarazo se deben tener cuidados especiales para evitar enfermedades, y una de ellas es la influenza. Las mujeres que esperan un bebé tienen cambios en el sistema de defensas del organismo y en el funcionamiento del corazón y los pulmones que favorecen las complicaciones de la influenza. Mientras más avanzado es el embarazo hay un mayor riesgo de enfermarse gravemente, si además la mujer tiene obesidad y padece asma el peligro es más grande. En México, durante la pandemia de 2009 con la influenza AH1N1 aumentó el riesgo de muerte materna cinco veces.
Para prevenir las complicaciones, entre las que se encuentran la neumonía, la falla renal, edema pulmonar (agua en los pulmones), embolia pulmonar, aborto, parto prematuro o incluso la muerte, es muy importante que las mujeres embarazadas se vacunen contra la influenza. La vacuna es segura y protege la vida de la madre y de su bebé, por lo que si estás embarazada y no te la han indicado debes solicitarla en las clínicas de salud.
Además de la vacunación existen otras medidas para prevenir la influenza:
- Protegerse del frío.
- Evitar estar junto a personas que fuman.
- Alimentación balanceada y rica en frutas y verduras.
- Acudir a las citas de revisión prenatal.
- No cuidar a personas con infecciones respiratorias u otra enfermedad infecciosa.
- Distanciarse de personas con infecciones respiratorias.
- Lavarse las manos con frecuencia.
- En caso de padecer enfermedades respiratorias, no automedicarse.
Los síntomas de influenza durante el embarazo son similares a los de las demás personas y se puede presentar:
- Fiebre, generalmente mayor de 39 °C.
- Dolor de cabeza o de músculos muy fuerte.
- Mucho cansancio.
- Tos seca, congestión nasal o ardor y dolor de garganta.
Cuando una embarazada tiene un cuadro sospechoso de influenza, el personal médico tiene instrucciones de comenzar el tratamiento antiviral aun sin la confirmación de resultados de laboratorio y citar para revisión a las 24 o 48 horas.
Aunque no parezca haber complicaciones, algunas mujeres desarrollan alteraciones en la concentración de oxígeno en la sangre, por lo que es importante tener una vigilancia estrecha y no confiarse.
Si la embarazada presenta alguno de los siguientes síntomas se debe buscar atención médica de urgencia:
- Dificultad para respirar o falta de aire.
- Dolor o presión en el pecho o el estómago.
- Mareos repentinos.
- Confusión mental.
- Vómitos o diarrea graves o que no se quitan.
- Fiebre alta.
- Disminución o ausencia de movimientos del bebé.
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